martes, 9 de noviembre de 2010

aurelia


Aurelia limpia en mi oficina 4 veces a la semana. Mide un metro cincuentaydos(lo sé porque yo mido un metro cincuentaytres)y dice que está cansada, que siempre está cansada. Yo le digo que tome vitaminas a lo que me contesta que lo que necesita es algo para no pensar más, nunca más. La miro mientras pasa el plumero por encima de las mesas y se imagina en otro lugar, me pregunto en que momento de la vida nos enseñan a conformarnos y a ser medio felices, a estar solo medio bien.

Con todo a medias funcionamos y cuando nos caemos, nos volvemos a levantar. Como si nos hubieran programado seguimos y salimos, nos defendemos, nos aferramos.

Y cuando Aurelia sonríe y se queja y remuga, cuando me cuenta que su hijo hace rock acrobático y me enseña las fotos, cuando me dice que le gustaría como nuera porque tengo cara de buena niña, vuelve ese sentimiento que habita entre la pena y la ternura y pienso que si tuviera dinero le regalaría un viaje, para que viera mundo y soltara el plumero, para que durante unos días no fuera a medias feliz, para que al volver me contara que por fin no ha pensado en nada.

7 comentarios:

Fernando dijo...

Estos son los relatos que me recuerdan a Vanesa.

lulabylula dijo...

Crecemos pensando que seremos estrellas del rock, grandes abogados o escritores de bestsellers, y de repente la vida nos da el batacazo y acabamos pasando un plumero.
Has puesto palabras a mis pesares.
Un beso.

vanEsa dijo...

gracias a los dos, aunque este post no tiene que ver conmigo, ha sido culpa de Aurelia que se me metió entre ceja y ceja a la semana de conocerla...

un beso!

Anónimo dijo...

Mi Aurelia se llamaba Adelina, la conocí/contraté cuando vivía en Alicante. En teoría debía venir un par de horas 2 días a la semana a tratar de evitar que el caos cósmico se apoderase de mi casa. En una semana escasa decidió por su cuenta y sin posibilidad de discusión que en sus tareas entraba hacerme la comida y dejarme semipreparada la cena y traerme pastelitos caseros de cuando en cuando. En cierta forma creo que me adoptó de nieto.

evamaring dijo...

Me gusta que Aurelia te diga q tienes cara de buena niña y q le gustas como nuera. Hay Aurelias que son madres adoptivas de un ratillo y que endulzan la vida tanto, q estaríamos dispuestas a ser campeonas de rock acrobático por ellas!
Besillo
if

vanEsa dijo...

veo que más de uno les tenemos aprecio a las aurelias del mundo...

un honor su visita a mi blog señorita marín!
se le echa de menos...!

un beso

evamaring dijo...

jajjaja, gracias Missuve,para mí es un honor también saludarte y leerte. Un abrazo,
eva