miércoles, 5 de octubre de 2011

ladesindependencia


Llega la desindependencia en el año en el que hemos recogido las cosas en capazos, que nos las hemos echado a la espalda y hemos seguido caminando.  Llega en el momento en el que no paras de preguntarte si crecer es esto que estás haciendo tú.
El comedor lleno de cajas y la ropa se sale sola del armario, casi como si supiera que ese ya no será más su lugar. Y una lucha constante y apagada acompaña estos días en los que no sé muy bien que cara poner, imaginándome en otro lugar todo pierde sentido. Me olvido de lo que me propuse cuando llegué aquí y no miro atrás, las decisiones me mantienen con los pies en la tierra y los miedos levantan las barreras que no sé cuando saltaré.
Pero ahora pienso en el mar y en mi playa de invierno, en los rincones con sol y los paseos de arena. Pienso en lo que pierdo y lo que gano, escucho mil veces la misma canción, por fin retomo el blog. Escondo los silencios y asumo, que asumir no es fácil, que soy más valiente de lo que jamás pensé. Y villadestarifo ya es extraño, mi casa está en cualquier lugar, ahora solo tengo que meter un par de años en cajas y volver a empezar, me llevo más de lo que me traje, eso seguro.