El otro día compré crisantemos pensando que eran margaritas, pero los crisantemos también son bonitos; esa es la actitud.
Y quiero un cactus que me recuerde todo lo que pincha, aunque alguien cercano me ha recomendado últimamente que lo que pincha mejor mantenerlo lejos, yo prefiero tener presente que esas cosas pinchosas te asaltan cuando menos te lo esperas en forma de mensaje o de grito inoportuno…y a mi cactus le pondré nombre y será una de las tantas cosaspersonasplantas que se pasean por mi vida llamándose así.
Ha llegado la luz a villadestarifo, entra por todas partes, y vuelve nuestro entorno acogedor y de un color rojizo que nos hace estar más cómodas y mejor
Los cambios han sido para bien, las fundas del sofá han tapado viejos descosidos y las ganas se acumulan en algún lugar entre la cueva númerouno y la cueva númerodos, cerca de esa habitación a la que un lunes provechoso y productivo hizo un lavado de cara y le colgó algún póster de los Gigolo Aunts y la llenó de cajas recuperadas de una habitación benicense que se muestra cada vez más vacía de unas cosas y más llena de otras y que te recuerda a otra época a la que ahora ya sabes con certeza que no quieres volver.
Y la montaña rusa parece cerrada por avería o por vacaciones o porque se ha quedado un pulpo enganchado entre las vías, la cuestión es que no puedo subir y eso me hace mantenerme a nivel del suelo todo el tiempo, perfecto para esta época de decepciones y desencantos.
Y la edad me ha debido hacer mayor y sin que me diera cuenta ha calmado el carácter que alguna vez estampó jarrones contra el suelo, y creo que a eso se le llama madurez o puede que pasotismo, ya no lo tengo muy claro…de cualquier manera, se llame como se llame, el tiempo te recuerda que nada es lo que parece y que eso de que las personas no cambian nunca no es demasiado cierto, si que parece que cambian, en algunos casos, puedo asegurar que lo hacen, el problema es que lo hacen a peor…
Y entre tanto pinchazo y crisantemo y nombre repetido parece que me encuentro bien, las bofetadas a mano abierta quitan vendas que tapan ojos que sin venda tampoco verían nada…pero cuando por fin lo ves y superas la rabieta que desencadena la nueva situación, estas un poquito mas cerca de ti misma y un poquito mas lejos de lo que no te aporta nada que te haga sentir bien, después de todo, de cualquier momento, por insignificante que sea, se acaba aprendiendo algo…
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