Voy a vaciar armarios para volverlos a llenar. Haré un baile
de muebles en el comedor, intentaré que se vuelva a ver a través de los
cristales.
Voy a encerrarme en el cuarto trastero, desharé cajas que
aún guardan objetos borrosos, buscaré debajo de la cama.
Estar sola y estar bien, llenar la casa de cosas por hacer,
sentarme un ratito a preguntarme como estoy. Empezar a leer Grandes esperanzas.
Inaugurar Villadestarifo con una lasaña, alguna botella de
vino y unas cuantas erasmus en su versión tranquila y decelerada, que esa
también mola.
Rodearme de las cosas que me gustan es el objetivo de un
findesemana que he planeado como si me fuera de viaje a algunos principios,
como si volviera a recuperarme en los puntos que en algún momento olvidé.
Volverme a educar en costumbres perdidas, relegadas a algún recoveco de las
maletas que tantas veces he llenado y paseado.
A veces toca parar a ver quien eres, sobretodo en esta
ciudad a la que tanto le gusta opinar, si no lo haces te acabas perdiendo, si
no te opones, al final, desapareces.
Voy a aprovechar esta claridad que me acompaña para tejer
las bases de lo que está por venir y voy a buscarme ese quehacer que dicen que
me irá bien para aprender a estar sola y para disfrutar de estar sola, que a
veces me da miedo la soledad y a veces sólo la uso como refugio y la verdad es
que en ninguna de las dos opciones acabo de llevarme bien con ella, no acabamos
de encajar.
Positivismo de viernes traducido en otro salto hacia delante,
deseando que dure, que ya nos conocemos….
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